El hada de los chupones.

chupón

Me cuenta mi madre que cuando era pequeña, en varias oportunidades de crisis y llanto intenso, intentó calmarnos (tanto a mi como a mi hermano) con el chupón. Ninguno de los dos lo aceptamos. Sentíamos un gusto muy particular por el dedo, él por el gordo y yo por el índice. Me lo chupaba día y noche. A medida que pasaban los años mis padres comenzaron a preocuparse y comenzó la batalla contra el dedo. Recuerdo que ponían menjurjes asquerosos y malolientes en mi pobre dedito. Sabía y olía horrible ese potingue patucoso, pero poco a poco aprendí que con el tiempo y la saliva el sabor desagradable pasaba, para dar paso nuevamente al delicioso sabor de mi dedito índice. Era solo cuestión de paciencia y persistencia. Ninguna de las artimañas empleadas por mis padres estaba dando resultado, hasta que un buen día, a los 9 años (sí, escucharon bien, 9 años!!) me descubrí a mi misma chupándome el dedo en pleno salón de clases y sentí tal vergüenza que jamás lo volví a hacer.

Cuando supe que sería mamá por primera vez, ya lo tenía claro! ninguno de mis hijos pasaría por el mismo proceso trágico de no saber que hacer con el bendito dedo, así que lo primero que compré fue chupones. Era una mamá primeriza sin ningún tipo de experiencia pero sabía que el chupón se puede «perder o desaparecer misteriosamente» mientras que los dedos no pueden correr con la misma suerte porque bueno, ya estarán desacuerdo conmigo que, el precio seria mucho más alto.

Con mi primer hijo la cosa fluyó bastante bien. El chupón era una bendición, como lo llaman los gringos: un «pacifier». Pero llegaron los dos añitos del bebé y había llegado la hora de retirarlo. En esa época no había internet, ni google ni las maravillosas cuentas y blogs de maternidad que hay hoy (mi hijo mayor tiene 24 años) así que tuvimos que recurrir al proceso radical que era el que conocíamos:

«el chupón se perdió»

Para nuestra paz y tranquilidad mental, desde pequeño ya el niño mostraba signos inequívocos de que la resilencia sería una de sus más importantes características, así que lloró día y medio y superado el tema del chupón.

Como muchos ya sabrán, 20 años después me convertí nuevamente en madre y como mi experiencia inicial con el chupón había sido bastante satisfactoria, pues de nuevo lo tenia claro, a comprar chupones!! Pero como no todos los niños son iguales ni reaccionan de la misma manera, nos acercábamos a los dos años con una nena que no soltaba el chupón ni para bañarse, así que comprendimos que tal vez, en esta oportunidad tendríamos que recurrir a otras técnicas. Gracias a Dios ya internet formaba parte de nuestras vidas, sin embargo no fue ahi, sino en un programa de televisión donde encontramos una idea que nos gustó y que pensamos podía funcionar.

Es importante aclarar que el primer paso fue reducir gradualmente el tiempo con el chupón, hasta llegar a usarlo solo en las noches, para dormir.

Cuando nos dimos cuenta que casi semanalmente debíamos comprar chupones nuevos porque los rompía con los dientes y que esa goma rota podría representar un peligro para su boquita, supimos que había llegado el  momento, pero como hacerlo para evitarnos las pataletas y el sufrimiento?.

Durante el embarazo, sobre todo los últimos meses, me dio por ver televisión de manera compulsiva (yo nunca veo tele) y todo lo que veía eran programas de niños, bebés, maternidad, discovery channel, discovery home and health, etc y entre esos programas veía mucho el de una niñera británica de nombre Jo Frost.

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De ahí tomamos la idea del «hada de los chupones», que consiste en decirle a la niña que cuando ya eres grande, viene a visitarte un hada que se llevará tus chupones para los niños más pequeños y a cambio te deja un obsequio. Nosotros elegimos como obsequio un par de alas de Hada.

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Así fue como después de 2 días de llanto (sobre todo a la hora de dormir) logramos superar la etapa del chupón.

Sé que el chupón tiene muchísimos detractores y ha sido duramente cuestionado, pero mi experiencia como mamá de 2 ha sido muy satisfactoria. Ninguno de mis hijos ha tenido problemas a nivel odontológico y fuimos capaces de retirarlo de manera exitosa reduciendo a la mínima expresión cualquier posible trauma emocional. Eso sí, importante no pasar de los 2 años!

En nuestro caso aplicaba perfecto la técnica de las hadas, pero si tienes un varón el personaje puede ser un duente.

Ideas y técnicas hay muchas pero no quería cerrar sin compartir 5 ideas geniales y una importantísima recomendación final de nuestra querida @odontopeques (instagram):

1.- Átalo a un globo de helio de su personaje favorito y déjenlo volar mientras se despiden de el.

2.- Organiza una pequeña fiesta temática del «adiós al chupón» donde él sea el invitado especial…y por supuesto el infaltable premio por hacer crecido mucho y haber dejado el chupón de bebé.

3.- Ve a una tienda de juguetes y explícale que allí intercambian chupones para bebés por un juguete para grandes!!!

4.- Envuélvelo en papel de regalo y déjalo junto a la ventana, porque durante la noche viene la «Ratoncita Carlota» experta en chupones!!!

5.- Ábrele un huequito con la punta de una aguja, este método sólo lo recomiendo para niños mayores de tres años donde no ha funcionado NADA!!! Pues a pesar de que es un método efectivo porque el hueco impide la succión y el chupón deja de servir…también es un método que provoca mucha frustración, porque no entienden que paso. Así que déjalo como último recurso.

Para mi lo más importante es involucrarlos en el proceso de crecer y dejar atrás las cosas que una vez funcionaron cuando eran bebés. Los 2 años es una época de mucha presión para un niño: hay que dejar los pañales, el tetero, el chupón, la teta, tienen que dejar a mami pues comienzan el colegio…y entonces nos quejamos porque están pasando por la fase de «LOS TERRIBLES 2″…Uffffff!!! Pobrecitos!!!! Así que seamos empáticos y respetemos sus tiempos, y nunca dejes de consultar con el odontopediatra

9 comentarios en “El hada de los chupones.

  1. Recuerdo todo eso que pasaron con los chupones de Sofi, pero no recuerdo que yo tu madre te pusiera nada en el dedo, tu padre sí, pero yo no porque yo disfruté mi dedo creo que un poco más tiempo que tú o por lo menos igual. Así que me niego a aceptar que yo los hice pasar por ese calvario.Tal vez no hice nada para evitarlo (No recuerdo) pero hacerlo yo, no.

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  2. Yo aún no he pasado por ningún proceso de retirada de chupete, ya que Niño nunca usó, ahora Niña sí que lo usa y a ver cómo irá la retirada…. De momento tengo pensado hacerlo por las fiestas mayores, ya que organizan un acto en el que los niños entregan el chupete a una de las figuras de la ciudad… A ver si funciona!

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  3. Pues creo que usare tus ideas, yo era de las personas que decía, que horrible un niño con chupón, pero cuando tienes tus hijos todos los «nuncas» pasan a ser «lo hare» y ni modo cuando ambas niñas comenzaban a llorar en coro no me toco de otra que usar el también llamado «pacificador». Asi que usare tus ideas para cuando llegue la Hada del Chupón.

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